Blog de papablo

martes, marzo 13, 2018

LA CONDENA REVISABLE



Si es que es un problema del concepto que tenemos de la pena. Además de su papel punitivo o castigo proporcional al delito; además de su papel ejemplarizante que disuada a otros de intentar tomar "atajos" en la vida pasando por encima de los demás; esta la obligación que nos hemos impuesto voluntariamente de intentar una recuperación del hombre. De ese hombre que siendo el criminal, aunque responsable, también termina siendo otra víctima de sus actos.


De ese buenismo ilustrado y fundamentado, se aprovecha o hace desidia de funciones la administración y termina justificando unas penas limitadas alegando que de ser mayores, imposibilitaría una vuelta a la vida activa del delincuente, una reducción de penas por indicadores y comportamientos que terminan siendo coladeros.


Y cuando se pide que haya una valoración objetiva, de una condición sine qua non, una decisión fundamentada para poder liberar a quien ha cometido un crimen de tal gravedad que hace impensable que vuelva a la calle sin todas las garantías posibles, vienen los problemas. Y la primera garantía para empezar una posible valoración tiene que ser el reconocimiento del mal hecho.


El problema político se presenta porque tenemos unos terroristas que pueden volver como héroes ante sus vecinos sin reconocer sus crímenes. Si un criminal los ignora, es más fácil que sus votantes pasen por alto esos crímenes e incluso lleguen a negarlos como si nunca hubiesen existido. Que esos terroristas tienen el puesto de trabajo asegurado a su vuelta si callan pues sus partidos y organizaciones afines ya tienen tomadas las instituciones. Que esos partidos llegan a tener una representación que puede ser de ayuda a formar ciertos gobiernos locales, autonómicos e incluso, mañana, estatales (como llaman a los organismos con competencias en toda España).


Y es que se empeora y se agrava, si cabe aún más, porque empezamos a ver movimientos de izquierdas, que no condenan esos terrorismos; que lejos de renegar, justifican regímenes represivos. Movimientos que alegan que la inmovilidad y la rigidez de la sociedad -como si no hubiese herramientas para proponer cambios- hacen justificable esa "vía corta" represiva y violenta.


Empiezan por deslegitimar la representación política (algo insólito en una democracia). Apuntalan su posición con la imagen de que los medios de comunicación, y tanto más si tienen una trayectoria histórica que les acredite una credibilidad sólida, son herramientas contra su cambio revolucionario; porque es el primer camino por donde les puede venir una contestación que desmonte sus pilares con argumentos aunque sea simplemente pidiéndoles explicaciones de lo que les mantenga en pie. Pasan a tomar la calle para dar una imagen de unanimidad y llegan al punto que nos interesa pues para mantenerla tienen que atemorizar a quien no comulga con sus dogmas de fe para que no se movilice y manifieste, para que lo que prevalece en los seres humanos, que es la voluntad de diálogo, intercambio y debate de ideas, la necesidad de un nivel de libertad personal frente a una justificación social de la privación de oportunidades, salga a la luz como una mayoría natural bajo la que florecen luego multitud de sensibilidades sociales, democráticas y libertarias.


No se sostendrían, unas posiciones políticas con criminales en las cárceles que no puedan se utilizados como mártires pues en cualquier momento puedan preferir reconocer que la violencia, lejos de justificable es un error, para que la sociedad pacífica admite reincorporarlos en su seno.


No podrían seguir presentando como represivas unas condenas al decir que esa violencia es inevitable si un delincuente reconoce que no es el camino correcto, y menos si tiene que demostrar ante un tribunal que así lo siente, que es sincero, que no es un enfermo mental y, aunque pueda resultar paradójico, es una decisión que toma en libertad pues la libertad de conciencia puede prevalecer a la falta de libertad de movimientos.

Esto es lo grave de la posición de PSOE, que no la esplique, que no argumente qué es lo que le parece mal de una revisión para crímenes que sean reconocidos en consenso como gravísimos; o siquiera dónde pone ese listón para saber el nivel de los delitos para que así pudiese considerarlos. Porque quiero pensar que no le mueva interés por liberar a un psicópata asesino ni las ganas de ver a un pervertido reincidente pulular por las calles por donde queremos que nuestros niños puedan compartir espacios, juegos, momentos que les hagan ser individuos libres que viven en sociedad